¿Qué distingue la impresión de bellas artes de otros trabajos de impresión?

Nessan Cleary comparte la diferencia entre la impresión de bellas artes y otros trabajos de impresión, además de analizar las ventajas de la impresión Giclée y la importancia de utilizar sustratos de alta calidad y gestionar con precisión el color de la impresión.

Las impresiones artísticas representan una parte pequeña, pero no insignificante, del mercado general de impresiones de gran formato. Por lo general, las venden museos, galerías y, por supuesto, artistas. En su mayor parte, hablamos de reproducciones de obras de arte únicas, como pinturas, collages, etc., aunque el mismo principio también se puede aplicar a las fotografías.

Naturalmente, estas impresiones parten de un escaneo de muy alta resolución o, en el caso de la fotografía moderna, de un archivo digital original. Sin embargo, la impresión real puede variar. En teoría, cuantas más impresiones se puedan hacer, mayor será el rendimiento. Por lo tanto, unos pocos miles de impresiones en una prensa de litografía offset parecerían ser la solución ideal. Otra alternativa podría ser la impresión a demanda como parte de un sistema de impresión web-to-print, para lo cual una impresora de producción debería funcionar para impresiones de hasta A3 o una impresora de gran formato para impresiones de cualquier tamaño.

Sin embargo, aquellas impresiones que pueden demostrar valores de producción mucho más altos pueden tener un valor que va mucho más allá de una impresión común y corriente, en particular cuando se venden como parte de una edición limitada. A estas impresiones a menudo se las denomina impresiones Giclée, pero ¿qué significa realmente este término?

Se suele atribuir al impresor estadounidense Jack Duganne el mérito de haber sido el primero en utilizar el término Giclée para referirse a las impresiones de bellas artes realizadas con una impresora de inyección de tinta. La palabra en sí proviene de una combinación del término francés gicleur, que significa boquilla, y su verbo asociado, gicler, que significa "chorro".

Duganne había estado trabajando como impresor serigráfico, lo que básicamente significa utilizar la serigrafía para trabajos de bellas artes. Alrededor de 1991, comenzó a trabajar con la entonces recién fundada empresa de impresión de bellas artes Nash Editions. La empresa fue fundada por el músico Graham Nash (de Crosby, Stills and Nash), que también era un fotógrafo consumado. Para empezar, utilizaron la impresora de inyección de tinta Iris Graphics 3047 del propio Nash, que fue donada al Smithsonian en 2005. Nash Editions todavía está en funcionamiento, pero hoy utiliza impresoras Epson.

Los lectores de cierta edad recordarán que se necesitaba una buena dosis de paciencia, habilidad y pura suerte para conseguir una impresión decente con aquellas primeras máquinas Iris, y sin embargo no había nada más disponible en ese momento que pudiera acercarse a la misma calidad de impresión. Nash and Co experimentó con diferentes juegos de tintas para superar algunas de las idiosincrasias de la Iris, y finalmente adoptó el término Giclée para diferenciar los resultados que podían lograr de las impresiones de prueba estándar para las que se usaban normalmente las máquinas Iris.

No existe una definición fija de lo que significa Giclée y las máquinas modernas de gran formato son considerablemente más avanzadas que las antiguas impresoras Iris. En consecuencia, muchas impresoras modernas son capaces de ofrecer las características que Duganne intentaba lograr y que ahora asociamos con el término Giclée, aunque inevitablemente algunas máquinas son más adecuadas que otras. No obstante, hay una serie de aspectos que cualquiera que reproduzca impresiones de bellas artes debe conocer.

La más obvia de ellas es la calidad de imagen de alta resolución, que la mayoría de las impresoras comerciales actuales pueden gestionar con facilidad. Luego está la gama de colores, siendo las impresoras más adecuadas las impresoras fotográficas de gama alta que se venden por Epson, Canon y HP. Todas ellas utilizan tintas a base de agua con pigmentos en lugar de colorantes para garantizar colores más vibrantes y duraderos.

Esta Canon ImagePrograf Pro 6600 utiliza un juego de tintas Lucia Pro II de 12 colores específicamente diseñado para los mercados de fotografía y bellas artes de alta gama. ©Nessan Cleary

Estas impresoras suelen tener juegos de tintas de hasta 12 colores que son capaces de reproducir la gama cromática más amplia. Normalmente incluyen colores claros para una mejor gradación, además de otros colores, como el rojo y el azul, además del habitual CMYK. También ofrecen varias variantes en torno al negro, como un gris y un gris claro más un negro mate para evitar demasiados reflejos y, al mismo tiempo, reproducir una gama completa de tonos para fotografías monocromas. Estas impresoras también incluyen soluciones para tratar la diferencia de brillo, donde hay una diferencia en el nivel de brillo a lo largo de una impresión, y con el efecto bronceado que se produce cuando la luz se refleja desde el soporte a través de las tintas y se dispersa en diferentes direcciones.

Cabe señalar que algunas tintas modernas curables por UV también son capaces de reproducir gamas de colores razonablemente amplias. La mayoría de estas impresoras tienden a estar limitadas a cuatro o seis colores, pero hay algunas que pueden configurarse con hasta 10 colores para mejorar su gama de colores. Estas impresoras UV pueden agregar una característica adicional a través de efectos de textura mediante la aplicación de capas de tinta UV. Dado que cada gota de tinta se cura instantáneamente, es posible imprimir gotas sucesivas sobre cada gota curada para crear crestas y otras texturas. Como tal, es posible reproducir perfectamente una pintura al óleo hasta las pinceladas individuales, aunque esto no se considera un requisito para calificar como una impresión Giclée.

El otro elemento clave es la variedad de sustratos, que desempeñan un papel importante a la hora de establecer la sensación de una impresión de bellas artes. La mayoría de la gente está de acuerdo en que las impresiones Giclée deben ser de calidad de archivo, lo que significa que están certificadas para durar entre 100 y 200 años. Esto se debe en parte a que las impresiones de Iris tenían fama de desteñirse, algo que Duganne intentaba contrarrestar. Pero se debe principalmente a que la longevidad aumenta el valor de la impresión, y el valor es fundamental para cualquier cosa relacionada con las bellas artes.

Por lo general, esto implica imprimir en papeles de archivo gruesos, libres de ácido y de lignina, a base de algodón, diseñados para conservar la imagen durante un período determinado, normalmente más de 200 años. Algunas personas también pueden utilizar materiales como lienzo, que pueden dar un aspecto aún más auténtico a una pintura.

En conclusión, la principal ventaja de una impresión Giclée es que se percibe como un producto de mayor valor, lo que significa que cualquiera que ofrezca este servicio debería poder cobrar un precio más alto y establecer un margen de beneficio más alto. Deberá contar con una impresora adecuada, utilizar sustratos de alta calidad y ser capaz de gestionar con precisión el color de la impresión en relación con la obra de arte original. Lo ideal es que aconseje a los clientes sobre cómo mantener la impresión alejada de la luz solar directa para maximizar su longevidad. Y, por supuesto, poder publicitar la capacidad de producir impresiones Giclée ayudará a otras partes del negocio.

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